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A Marjorie las cosas le van bien: tiene trabajo, varias metas por cumplir y muchos sueños en el horizonte. La acaban de nombrar Voluntaria del Año, entre las 40.000 personas que conforman el voluntariado corporativo de Telefónica; y ha recibido el Premio Gente Brillante. La vida le sonríe, parece que 2018 es su año, como lo está siendo también para las mujeres que se rebelan contra las injusticias sociales y luchan por la igualdad. “Creo en un mundo más justo y estoy segura que con la voluntad lo vamos a lograr”.

Fuerte, independiente y solidaria. Así es Marjorie Luz Vega, la Voluntaria del Año. Una ingeniera de Telecomunicaciones de 30 años que reparte su tiempo entre las oficinas de Telefónica y los más necesitados. Confía en la tecnología como herramienta social y promueve la igualdad de derechos desde su país natal, Perú. El voluntariado supone para ella «sacar lo mejor de uno mismo, para ayudar a las personas que más lo necesitan. Siempre acabas recibiendo más de lo que das».

Aprovechamos la fecha del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, para hablar con ella de igualdad, metas y del camino para intentar ser cada día mejor. “El día de las mujeres –nos cuenta desde su Lima natal– es para celebrar y recordar que desde hace muchos años las mujeres venimos haciendo un trabajo arduo, porque queremos que el rol de la mujer sea igual que el del hombre. Nosotras tenemos muchas cualidades que nos caracterizan y que debemos fortalecer y fomentar».

Marjorie destaca el papel de las mujeres dentro del voluntariado: «Ante colectivos sensibles, nuestro nivel de reacción y cercanía es más profundo»

Marjorie está acostumbrada a ver las dos caras de la vida desde pequeña. De niña, iba con su escuela hasta las afueras de Lima para enseñar matemáticas a otros niños y niñas más pequeños y vulnerables que ella. Su solidaridad y afán de ayudar a los demás lo aprendió de sus padres. Ellos también la educaron para ser independiente, para no necesitar a nadie en el logro de sus metas: «Siempre me lo pusieron fácil y me apoyaron en mis decisiones. Me enseñaron que si había algo que me gustaba y apasionaba, haciéndolo bien y siguiendo los valores que me enseñaron, acabaría alcanzándolo».

Tras estudiar en un colegio exclusivamente femenino, ingresó en una universidad donde el género mayoritario era el masculino. «En mi clase, éramos tres mujeres y 50 hombres. Hubo un proceso de adaptación, no solamente por mi parte también por la de ellos. Pero nunca he sentido ningún tipo de discriminación ni de maltrato». En el mundo laboral también se declara afortunada: «Siempre he trabajado en empresas dónde ha existido igualdad de género».

«El éxito para mí es estar feliz con uno mismo, sentirse tranquilo y compartirlo
con las personas más importantes, que para mí son mi familia y mis amigos»

Ahora, reparte su tiempo entre las oficinas de Fundación Telefónica y «sus abuelitos». Cada 15 días, junto a otros Voluntarios Telefónica, viaja muchos kilómetros para enseñar a leer a un grupo de ancianos en situación de vulnerabilidad: «Son 60 abuelitos que viven solos, solo hablan quechua –la lengua de la sierra del Perú– y siempre han sido excluidos de la sociedad».

Marjorie les enseña a leer a través de tabletas, porque considera que «la tecnología es una puerta al conocimiento. Una herramienta que otorga más oportunidades a personas con menos recursos». Es consciente de que «nunca sabrán leer como nosotros, pero poco a poco empezarán a poder distinguir palabras y esto les hará tener mejor calidad de vida». Este proyecto le ha valido el premio ‘Gente brillante’.

«Mis abuelitos aprenden pero, además, les damos conversación y
hacemos que se sientan importantes. Esto es lo más bonito»

Entre sus metas de futuro, destaca su proyecto de poner en marcha una ONG para mujeres maltratadas: «Quiero crear un lugar donde poder acogerlas, darles asesoría legal y psicológica y facilitarles su integración en la sociedad. Sería una actividad paralela a mi trabajo en Telefónica». También está ahorrando para estudiar una maestría y comprarse una casa. Y el próximo verano quiere participar en el programa de Vacaciones Solidarias 2018 de Telefónica.

Marjorie Luz Vega, Voluntaria del Año: «La tecnología es una puerta al conocimiento y da oportunidades a los más vulnerables»
Marjorie Luz Vega, Voluntaria del Año: «La tecnología es una puerta al conocimiento y da oportunidades a los más vulnerables»