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La transformación de la educación ha sido el tema central del primer episodio de ‘Un país para…’, un proyecto organizado por el diario El País en colaboración con Telefónica, que pretende indagar en los retos y oportunidades de la sociedad en un contexto poscovid. En este primer capítulo, titulado ‘Un país para aprender’, hemos tratado los modelos de aprendizaje híbrido, el nuevo rol del docente, la importancia de la presencialidad o la relación entre la brecha digital y la educativa.

La digitalización de la educación era ya una asignatura pendiente en la sociedad prepandémica. La llegada de los confinamientos y el cierre de las escuelas ha acelerado los cambios que las escuelas estaban instaurando a paso lento, convirtiéndolo en una tarea urgente. En un contexto de educación online obligatoria, el rol tradicional del docente ha dado paso a una figura más flexible, capaz de diseñar experiencias de aprendizaje más allá del aula. Los salones de clase, tal y como los como los conocíamos, no volverán a ser los mismos. ¿Cómo será el modelo educativo en la era pospandemia?

La transformación de la educación ha sido el tema central del primer episodio de ‘Un país para…’, un proyecto organizado por el diario El País en colaboración con Telefónica, que pretende indagar en los retos y oportunidades de la sociedad en un contexto poscovid. En este primer encuentro, titulado ‘Un país para aprender‘, Magdalena Brier, directora general de ProFuturo, Luis Miguel Olivas, director global de Empleabilidad e Innovación Educativa de la Fundación Telefónica y Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense y director del Instituto Nacional de Administración Pública, han reflexionado sobre el futuro de la educación, los desafíos de la digitalización y las posibilidades que ofrece la aplicación de la tecnología en la experiencia de aprendizaje.

Reinventando el rol de la escuela

«La pandemia ha puesto de relieve que la educación es un tema capital que está en el centro del debate político y social», mantiene Magdalena Brier. El rol de la institución ha sido siempre de tutela y de cuidado, más allá de su labor de educar e impartir conocimiento. No obstante, en un contexto de pandemia la escuela no ha estado a la altura de las oportunidades y posibilidades que ofrece el sistema digital y por ello, necesita reinventarse.

Las aulas, no obstante, siguen siendo esenciales para que la experiencia de aprendizaje sea completa. “Las pantallas no sustituyen a las personas”, mantiene Fernández Enguita. Sin embargo, el catedrático subraya la diferencia entre tecnología y pantallas. «La tecnología nos libera de las condiciones de sincronía y de coincidencia espacial y, por lo tanto, potencialmente permite mucha relación. La tecnología no es asocial, y la tecnología no es la pantalla».

El futuro pasa por un modelo híbrido

«El futuro es la educación híbrida sí o sí», destaca Magdalena Brier. En un contexto en el que la presencialidad ha estado limitada, las herramientas digitales se han convertido en el único medio para ofrecer contenidos de calidad a los alumnos fuera del aula. Gracias a la tecnología, los docentes han construido una nueva forma de enseñar que ha revolucionado la formación tal y como la conocíamos.

No obstante, la tecnología debe ser justa, inclusiva y ofrecer igualdad de oportunidades para todos. La pandemia ha dejado patente las desigualdades existentes entre alumnos. Las brechas económicas se han sumado dos nuevas brechas relacionadas con el entorno digital: la brecha de acceso y la brecha del uso. El problema radicaba no solamente en contar con conexión a Internet y un dispositivo con el que acceder, sino también en tener los conocimientos necesarios para moverse en el espacio virtual. Esta es la misión fundamental de iniciativas como ProFuturo, el programa de educación digital que busca reducir la brecha educativa en el mundo apoyándose en la tecnología para acercar la educación de calidad a niños y niñas en entornos vulnerables. «La educación digital era la única vía para que los contenidos de altísima calidad llegaran igual a todos los niños», señala la directora general de ProFuturo.

En tiempos de confinamiento, las familias jugaron un papel fundamental para ayudar a los más pequeños a lidiar con este nuevo modelo de aprendizaje, pero la labor de enseñanza sigue siendo de la escuela. En palabras de Fernández Enguita, los colegios tienen el deber de acompañar a los estudiantes en las nuevas herramientas tecnológicas, educarlos y capacitarlos para moverse en ese medio que se convertirá, en un futuro cercano, en algo fundamental para la comunicación y el aprendizaje.

«La educación digital era la única vía para que los contenidos de altísima calidad llegaran igual a todos los niños»

Magdalena Brier Directora general de ProFuturo

El maestro como diseñador de la educación

«El docente es y será la palanca del cambio educativo», mantiene Luis Miguel Olivas. La pandemia ha revolucionado, sin duda, el rol del profesor. La necesidad de los maestros de reinventarse para transmitir a los alumnos a pesar de la distancia ha dejado patente que su labor en el modelo educativo del futuro es más flexible. Tal y como decía Salman Khan, el aprendizaje del futuro no depende ni del tiempo ni del espacio.

En estas condiciones, el maestro deja atrás el entorno limitado del aula y se convierte en diseñador de la experiencia de aprendizaje que, a través de la tecnología, tiene a su disposición un amplio abanico de herramientas para crear contenidos educativos. La formación, en este contexto, es fundamental. Los docentes deben tener las competencias y habilidades necesarias para diseñar clases en formato presencial y, al mismo tiempo, crear contenidos para mantener la educación en remoto.

¿Cuál es el siguiente paso? Los expertos coinciden: la personalización de la educación será una de las tendencias en la sociedad del futuro. «Tenemos que ser capaces de ofrecer una educación que sea para cada persona en base a sus necesidades en base a sus ritmos». Esta es la premisa de Escuela 42, un innovador campus de programación que potencia el modelo de aprendizaje basado en retos que, además, se adapta al ritmo y a las necesidades de cada estudiante. La clave, según Luis Miguel Olivas, es una transformación del currículum de educación: «El currículum no tiene que ser de contenidos. Para mí tienen que ser ya competencial».

La educación híbrida y el nuevo rol del docente en la era pospandemia
La educación híbrida y el nuevo rol del docente en la era pospandemia