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Empresario y prolífico inventor de grandes instrumentos electrónicos como el fonógrafo, la cámara de cine o una bombilla incandescente más rentable y funcional.
Seguro que todos conocéis a Thomas Edison (1847-1931) por ser el inventor de algunos instrumentos de gran influencia en todo el mundo, como el fonógrafo, la cámara de cine o el más conocido: una bombilla incandescente más rentable y funcional. Thomas Edison fue un gran empresario y prolífico inventor, pero para conseguirlo tuvo que trabajar duro, aprender de sus errores y confiar en su gran talento.
Durante su infancia, fue un niño distraído e hiperactivo. Un buen día llegó con una nota escrita por su profesor dirigida a su madre: «Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlos. Por favor, enséñele usted en casa.» Fue así como desarrolló un sistema de educación autodidacta y formación independiente que marcaría toda su trayectoria. A los veintidós años ya había desarrollado su primer invento, un indicador de acciones mejorado que sincronizó varias transacciones de códigos bursátiles alfanuméricos.
Muchos años después, cuando Edison ya se había convertido en un gran inventor internacional, encontró aquella nota donde descubrió la mentira de su madre. El verdadero mensaje que había escrito era: «Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela».
A lo largo de su vida se le otorgó mil noventa y tres patentes en EE. UU y presentó seiscientas más que no le fueron concedidas. A diferencia de lo que aquel profesor pensó, Thomas Edison fue, sin duda, un extraordinario hombre de negocios a la vanguardia de la primera revolución tecnológica de América.
