Con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, el programa Proniño brindó la posibilidad a un grupo de Voluntarios Telefónica de llevar a cabo una jornada de concienciación contra el trabajo infantil que se llevó a cabo en el Palacio Legislativo de Uruguay

Montevideo, 1 de Julio de 2011.- Alrededor de unos cuarenta Voluntarios Telefónica acudieron para apoyar un objetivo: concienciar a todos sobre la importancia de la escolarización de niños y niñas que trabajan o están en riesgo de abandonar el aula de clases.
Previamente, los pequeños prepararon en los distintos centros educativos una moción sobre el tema que compartieron durante el evento con legisladores y presentes.
Los niños y jóvenes que hicieron uso de la palabra en representación de sus compañeros (provenientes de una gran cantidad de institutos de enseñanza que compartieron la jornada), eran alumnos del liceo Jubilar, la Obra Banneux, y las Escuelas 112, 277 y 59.
Una de las mociones fue: “Los niños no deberían trabajar porque si no, no tienen tiempo para jugar. Aprender es un derecho de los niños. Si trabajan están cansados para aprender. Trabajando se pueden lastimar”.
La presencia de los Voluntarios, junto con la de los animadores, integrantes de las ONG que colaboran con el programa Proniño, y con los maestros y profesores, brindó un emotivo apoyo a esta actividad, que contó con la presencia de más de 350 niños.
Allí mismo, en la explanada del Palacio Legislativo, se organizaron juegos y se entregó a cada uno de los pequeños que asistieron las clásicas hojas de cuaderno para poder posar todos en una foto gigante en la que los niños levantaban al cielo sus hojitas blancas.
Respecto a las distintas vivencias de los voluntarios que participaron del evento, Florencia Morelli del área de Finanzas de nuestra compañía, destacó: “como siempre, salgo de los encuentros de Proniño preguntándome, ¿quién vino a ayudar a quién? Uno va con su remera de “Voluntario” con la idea de dar una mano y resulta que la gente de las ONGs tiene todo más que resuelto, los chicos responden a sus llamados con suma obediencia y todo está bajo control sin mí. En ese contexto y con actitud de ayudar en algo, me acerco a un niño o a un organizador y termino invariablemente enriquecida”.

