AETIC y Fundación Telefónica presentan la última obra de la emergente ciencia de las redes: "Señales honestas: el lenguaje que gobierna el mundo", publicada por Milrazones
La investigación propone que las personas disponen de un segundo canal de comunicación no lingüístico en torno al cual construyen sus relaciones sociales
El objetivo de Alex Pentland es demostrar cuán poderosa y dominante es esta forma de comunicación en nuestras vidas cotidianas, cómo influye sobre la manera en que nos vemos nosotros mismos y a nuestras organizaciones, y cómo se puede utilizar para gestionar mejor nuestras vidas
El MIT (Massachussetts Institute of Technology) ha creado gracias a los avances en comunicación inalámbrica y sensores digitales una revolucionaria herramienta, el sociómetro, que mide este segundo canal con gran exactitud
La información del sociómetro demuestra que las organizaciones modernas no se diferencian demasiado de las de los humanos primitivos o los animales sociales como las abejas
En el futuro tendremos la capacidad de percibir el entorno humano con tanta precisión como hoy percibimos el entorno físico: con un conocimiento microscópico de las organizaciones y las sociedades, lo que nos permitirá diseñar modelos físicos del comportamiento de las poblaciones humanas
Señales honestas está dirigido a un lector amplio que abarca no sólo a gestores de empresa y académicos, sino a cualquiera interesado en saber cómo esta nueva ciencia puede cambiar su vida
Madrid, 19 de abril de 2010.- El profesor Alex Pentland, del MIT (Massachussetts Institute of Technology), ha desvelado algunas claves de la ciencia de las redes sociales durante la presentación de su último libro, “Señales honestas: el lenguaje que gobierna el mundo” (Barcelona, Milrazones, 2010), que ha contado con la presencia institucional de AETIC y Fundación Telefónica.
Han intervenido en la presentación del libro el presidente de AETIC, Jesús Banegas, y el vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica, Javier Nadal; la directora científica de Multimedia de Telefónica I+D y antigua alumna de Pentland, Nuria Oliver, ha moderado el acto, que ha podido seguirse en www.fundaciontelefonica.com/debateyconocimiento y en el que se ha podido participar también on line con preguntas a través de Twitter en @fundacionTef.
Las señales honestas de la nueva ciencia de las redes
Pentland, director del Human Dynamics Lab y del Media Lab Entrepeneurship Program del MIT, trabaja en la actualidad en el desarrollo de la ciencia de las redes, que sitúa y estudia a las personas en el contexto de sus redes sociales en lugar de considerarlas individuos aislados. Para él, las personas disponen de un segundo canal de comunicación social –de carácter ancestral, inconsciente e independiente de la comunicación lingüística y consciente– que gira en torno a las relaciones sociales, registrando y descodificando las “señales honestas” que conforman el tejido social y que sirven para comunicarse, controlar el descubrimiento y la integración de la información y tomar decisiones.
Según Pentland, una señal honesta “es lo que se percibe, por ejemplo, cuando se observa una conversación en un idioma desconocido y aun así uno puede ‘ver’ quién conduce la conversación o si se establece una interacción cordial”. Las señales honestas, de carácter automático (actitudes, sonidos, gestos…), poseen un gran valor. En este sentido, Pentland cree que las organizaciones y empresas deberían aprovechar estos patrones naturales de circuitos sociales humanos, en lugar de intentar combatirlos e ignorarlos.
La investigación propone que las personas disponen de un segundo canal de comunicación, que no gira en torno a las palabras, sino a las relaciones sociales. Puesto que este canal inconsciente e independiente de comunicación anticipa con precisión el comportamiento objetivo y las impresiones sociales subjetivas, resulta difícil no llegar a la conclusión de que nuestra mente consciente no controla plenamente nuestro comportamiento. Lo consciente y lo inconsciente parecen entrelazarse en nuestras vidas cotidianas: este canal de comunicación social es paralelo a, y en gran medida independiente de, nuestra comunicación lingüística consciente y, probablemente, fue utilizado por nuestros antepasados antes de la evolución del lenguaje.
Redes sociales, automatismo y comportamientos previsibles
En opinión del investigador, cuando observamos a la gente dentro de un contexto establecido, sean negociaciones salariales, lanzamientos de campañas de venta o citas románticas, las señales sociales son capaces de predecir cómo evolucionarán las cosas. Esto quiere decir que la red de circuitos sociales dentro de estos grupos no dependía del motivo de la discusión ni de los individuos participantes.
Al contrario, la adopción de roles y el circuito social parecían crear un tipo de automatismo en la toma de decisiones que extrae ideas de los individuos y las procesa hasta que una de ellas es escogida como la decisión del grupo.
El sociómetro, medidor de las señales honestas
La información del sociómetro, una pequeña chapa creada en el MIT compuesta de un microchip conectado de forma inalámbrica a la Red, muestra que las organizaciones modernas realmente no se diferencian demasiado de los humanos primitivos o de los animales sociales como las abejas. Las señales honestas sirven para comunicarse, controlar el descubrimiento y la integración de la información y tomar decisiones.
La información del sociómetro demuestra que los procesos inconscientes y el conocimiento tácito son, potencialmente, más adecuados para determinar el comportamiento de las organizaciones. Para diseñar organizaciones verdaderamente exitosas, debemos comenzar a tener en cuenta los efectos del sistema de circuitos sociales, además de las formas más habituales de interacción consciente, basadas en el lenguaje.
En el futuro, según Pentland, tendremos la capacidad de percibir el entorno humano con tanta precisión como hoy percibimos el entorno físico, lo que proporcionará un conocimiento microscópico de las organizaciones y hasta de sociedades enteras, permitiéndonos diseñar modelos físicos del comportamiento de las poblaciones humanas.
Del mismo modo que estamos logrando diseñar nuestros genes, también estamos comenzando a poder diseñar nuestra sociedad, produciendo «sociedades de diseño» que funcionen espectacularmente mejor que las actuales sociedades naturales. Parece que la raza humana de repente tiene el comienzo de un sistema nervioso funcional: los sistemas de salud públicos, el tráfico de automóviles y las redes de urgencias y seguridad, todos se están haciendo sistemas reactivos, inteligentes, con sensores tipo sociómetro que sirven de ojos y oídos. La evolución de este sistema nervioso continuará a una velocidad cada vez más rápida debido a la ley de Moore y la economía básica.
Pentland prevé que las redes se harán mas rápidas, los dispositivos tendrán más detectores y las técnicas por moldear el comportamiento humano se harán más exactas y detalladas. La combinación de este sistema nervioso evolutivo junto con los modelos de física social pronto llevará a la habilidad de diseñar nuestras sociedades y la cultura entera. La idea básica de la inteligencia en red es que la selección de acciones surge de la coordinación de mentes individuales a través de los circuitos sociales, del mismo modo que la inteligencia individual surge de la coordinación de centros cerebrales especializados a través de los circuitos neuronales.
Alex Pentland
El profesor Alex Pentland es una figura señera del MIT Media Lab, donde ejerce como profesor Toshiba y director del Human Dynamics Lab y del Media Lab Entrepeneurship Program del MIT. Pionero en los campos de la organización social y la ciencia de las redes, ha impartido clases de ciencias de la computación y psicología en la Universidad de Stanford y codirige el Digital Life Consortium, un grupo de más de veinte empresas multinacionales que explora nuevos modos de innovar, y supervisa la Next Billion Network, una red de apoyo a emprendedores en mercados emergentes.
En 1997 la revista Newsweek lo nombró uno de los cien estadounidenses que probablemente den forma al siglo XXI.