Eli Pariser: Fake news, los filtros burbuja y la batalla por la verdad

El ciber activista Eli Pariser ha sido el protagonista de la cuarta sesión del ciclo #TechSociety, celebrada el 19 de junio de 2017 en Espacio Fundación Telefónica.

Fecha: 19 de junio 2017
Lugar: Espacio Fundación Telefónica Madrid

El ciber activista Eli Pariser ha sido el protagonista de la cuarta sesión del ciclo #TechSociety, celebrada el 19 de junio de 2017 en Espacio Fundación Telefónica. Pariser presentó su ensayo ‘El filtro burbuja. Cómo la red decide lo que leemos y lo que pensamos’. El evento se pudo seguir en streaming en la web y en redes sociales con el hashtag #TechSociety. Puedes verlo íntegro en la web en el siguiente vídeo:

Y aquí puedes escuchar el evento con #EspacioPodcast:

https://cuonda.com/encuentros-fundacion-telefonica/eli-pariser-y-la-batalla-por-la-verdad/tf

En 2011 Pariser publicó el bestseller, ‘The Filter Bubble: What the Internet Is Hiding from You’. La charla TED que hizo Pariser sobre el libro ha tenido tres millones de visualizaciones.

Las ideas procedentes de El filtro burbuja contribuyeron a inspirar Upworthy, fundada por Pariser con su viejo colaborador Peter Koechley en marzo de 2012. La pareja se lanzó a demostrar de una vez por todas que aquello que es importante puede ser increíblemente popular, aun cuando lo popular no suele ser importante. A día de hoy, la comunidad Upworthy ha registrado más de 1.500 millones de minutos de atención sobre temas que van desde el sistema de justicia criminal a los efectos negativos de la publicidad en la imagen del cuerpo o la energía limpia.

La tesis que defiende Pariser plantea que desde 2009 vivimos en una nueva era de internet en la que las grandes empresas digitales –Google, Facebook, Netflix, Amazon…-, personalizan cada vez con más precisión los contenidos que ofrecen en función de las preferencias de cada usuario. Los algoritmos que utilizan en las redes permiten recopilar todos los rastros de información digital que va dejando cada cibernauta – desde búsquedas en Google a “Me gusta” en Facebook-, aprendiendo sobre él para ofrecerle una visión del mundo ajustada a sus preferencias. De esta forma, un mismo término introducido por dos personas distintas en un motor de búsqueda no arrojará ni la misma cantidad ni los mismos resultados para una y para otra, sino que los adaptará en función de lo que conoce de cada una, gustos personales, creencias, orientación ideológica…

Esto es lo que Eli Pariser define como el filtro burbuja, una selección personalizada de la información que recibe cada individuo que le introduce en una burbuja adaptada a él para que se encuentre cómodo, pero que está aislada de las de los demás. La imagen de un internet de abundante información objetiva para todos se diluye desde esta perspectiva.

Se puede argumentar que todo medio de comunicación tradicional tiene un sesgo, una forma filtrada de contar la realidad. En efecto, pero Pariser rebate que ese caso elegimos un periódico o canal de televisión deliberadamente porque nos resulta atractiva su forma de presentarnos la realidad –aceptamos voluntariamente la visión subjetiva que ofrecen y que conocemos de antemano-, mientras que en el caso de los servicios de información y de búsqueda en la web, se nos hace creer erróneamente que se trata de un acceso transparente y objetivo al mundo.

En este sentido, resultan esclarecedoras las declaraciones de Ryan Calo, catedrático de Derecho en Stanford, al que cita Pariser en su libro: “toda tecnología tiene un interfaz, un lugar en el que tú dejas de ser tú y empieza la tecnología. Cuando la función de es mostrarte el mundo, acaba por sentarse entre tú y la realidad, como la lente de una cámara”. La capacidad de sesgar la percepción del mundo de las personas sitúa a las empresas de servicios digitales en una posición muy poderosa.

La principal defensa de la personalización muestra la visión de un mundo hecho a medida que se ajusta a nosotros a la perfección. Se trata de un lugar acogedor, habitado por nuestras personas, objetos e ideas favoritos. Sin embargo, la burbuja de filtros nos impide conocer otras ideas, otras formas de pensar, que pueden enriquecer nuestro conocimiento del mundo e incluso estimular nuestra creatividad, al poder acceder a disciplinas que en principio nos son ajenas.

La burbuja personalizada no es un regalo desinteresado que recibimos. Los gigantes de internet buscan hacer dinero con todo ese big data que dragan en las redes a través del marketing hipersegmentado y de la publicidad certeramente dirigida. Nuestro comportamiento en el mundo digital vale dinero: “cada «señal de haber hecho clic» que generes es una mercancía, y cada movimiento de tu ratón puede subastarse en cuestión de microsegundos al mejor postor.”

Porque, aunque no seamos conscientes de ello, la personalización se basa en un acuerdo. A cambio del servicio de filtrado, de nuestra cómoda burbuja, cedemos a las grandes empresas un ingente volumen de información relativa a nuestra vida cotidiana. Curiosamente, gran parte de la misma no se la confiaríamos ni a nuestros mejores amigos. Estas compañías aprovechan cada vez mejor esos datos para tomar decisiones a diario.

Eli Pariser (@elipariser) se sumó a MoveOn.org en 2001, ejerciendo de director ejecutivo entre 2004 y 2009. Durante ese periodo MoveOn revolucionó la organización de la política de base introduciendo un modelo basado en la financiación a través de pequeñas donaciones gestionado a través del correo electrónico, que ha sido ampliamente utilizado a través del espectro político. MoveOn.org rápidamente creció hasta tener más de 5 millones de miembros que donaron más de 120 millones de dólares a campañas sobre temas como el cambio climático o la reforma de la financiación de campañas. En esta época también cofundó Avaaz.org,que es la mayor organización social online del mundo con 30 millones de miembros.

Eli Pariser: Fake news, los filtros burbuja y la batalla por la verdad
Eli Pariser: Fake news, los filtros burbuja y la batalla por la verdad