"Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados” Esta es la primera acepción que la Real Academia propone para la palabra “crisis”. Creo que pocos términos definen mejor los tiempos que vivimos, en los que un cambio profundo y trascendental se sucede a otro con una velocidad inusitada. En Fundación Telefónica trabajamos para dar respuesta a algunos de los efectos de esas transformaciones. Y cuando los cambios se suceden a un ritmo acelerado, la agilidad, la rapidez para atender necesidades nuevas, es esencial.
Todo el equipo de personas de Fundación Telefónica ha demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación a nuevos retos. Manteniendo sus principios de actuación y aprovechando la gran experiencia adquirida durante muchos años, han sabido cumplir fielmente con sus misiones: promover la preparación de las personas ante las exigencias de la era digital, ayudar a quienes más lo necesitan y contribuir a la reflexión sobre el impacto de la tecnología en la vida. En suma: en tiempos de crisis, han reaccionado con agilidad para impulsar la innovación, hacer frente a la desigualdad, y trabajar por una sociedad más justa.
Para Fundación Telefónica, impulsar el lado social de la era digital significa conectar a las personas con las posibilidades que ofrece la tecnología. En educación, ese compromiso se concreta en programas de formación que utilizan herramientas digitales y, a un tiempo, aportan las competencias y habilidades necesarias para avanzar en el mundo actual. En 2021, tanto Profuturo como enlightED, los dos proyectos educativos en los que participa Fundación Telefónica, centraron sus trabajos en la búsqueda de soluciones para reducir las brechas asociadas a las carencias en formación, que la pandemia no ha hecho sino agudizar.
Como consecuencia directa de la aceleración del proceso de transformación digital que produjo la crisis de la COVID-19, las exigencias del mercado laboral en materia de competencias tecnológicas se incrementaron, y con ellas las necesidades de formación. Nuestra labor consiste en asesorar y formar gratuitamente en aquellas competencias digitales que está demandando este nuevo mercado laboral.
En 2021 hemos atendido a ese doble reto: intensificando nuestras actuaciones y ampliando y potenciando fórmulas innovadoras de mejora de la empleabilidad. Entre ellas, los campus 42, que han abierto nuevas sedes, o el Mapa del Empleo y el Orientador Profesional Virtual, nuestras herramientas basadas en inteligencia artificial y big data, que asesoran y preparan para los trabajos del presente y el futuro.
El 2021 fue el año del reencuentro físico. Tras los duros meses en que la actividad se mantuvo a través de internet, reabrimos nuestras puertas a unos visitantes ávidos de experiencias presenciales. En paralelo, y aprovechando toda la experiencia adquirida, continuamos con una intensa programación online: formatos híbridos para contribuir al análisis de una nueva realidad, en la que la tecnología, con sus muchos beneficios, forma ya una parte indisoluble de nuestras vidas.
Como consecuencia directa de la aceleración del proceso de transformación digital que produjo la crisis de la COVID-19, las exigencias del mercado laboral en materia de competencias tecnológicas se incrementaron, y con ellas las necesidades de formación. Nuestra labor consiste en asesorar y formar gratuitamente en aquellas competencias digitales que está demandando este nuevo mercado laboral.
La misión del grupo Telefónica es la de ‘hacer nuestro mundo más humano conectando la vida de las personas’ y Fundación ha fortalecido durante el pasado año su propósito de impulsar el lado más solidario en esta era de cambio y desafíos continuos en la que la tecnología se ha erigido en una herramienta imprescindible para lograrlo. En colaboración con otras instituciones y entidades sociales, hemos trabajado de manera incansable para que, tras los meses más duros de la pandemia, las personas de los entornos más desfavorecidos, así como quienes estaban en situación de desempleo, no se quedaran atrás.
Además, la respuesta de voluntarios Telefónica a la crisis de la COVID-19 fue ejemplar. Desde un primer momento, y durante las etapas más duras, las personas comprometidas en este programa solidario dedicaron su tiempo, su talento y su entusiasmo a ayudar a quienes más sufrían los efectos de la pandemia. Como demuestran los datos recogidos en este Informe, ese impulso se ha mantenido cuando la emergencia ha amainado pero no su impacto sobre la vida de muchas personas.
Aunque estas páginas no lo reflejen, la experiencia de aquellos duros meses nos fortaleció, reforzó nuestra maquinaria y, también, nuestro compromiso con las personas en situación de vulnerabilidad. Y no hay fragilidad más extrema que la que