noticias

“Jóvenes, culturas urbanas y redes digitales. Prácticas emergentes en las artes, las editoriales y la música” coordinado por Néstor García Canclini, Francisco Cruces y Maritza Urteaga y publicado en la Col. Fundación Telefónica / Ariel, estudia por primera vez a los emprendedores mediante la inmersión etnográfica en comunidades cosmopolitas.

 

Los jóvenes han ido conformando una cultura de convergencia digital que cuenta con elementos de las culturas empresariales, las industrias creativas, la escuela privada y la visión crítica de movimientos alternativos sobre el desarrollo social: son los emprendedores o trendsetters y han desarrollado una economía creativa.

El uso creativo de las TIC y la crisis del modelo de propiedad intelectual –los circuitos alternativos de comercialización de la música, las editoriales y las artes visuales– son temas que están relacionados con la educación, pues estas “nuevas profesiones”, que paradójicamente sí proporcionan nuevos empleos a los jóvenes, no se encuentran consideradas  en los planes de estudio reglados.

Esta nueva enseñanza comprende otro tipo de lógica, nuevas narrativas y maneras de ver el mundo, donde caben los videojuegos, los libros y las series de televisión y en el que sus referentes son la cantante Lady Gaga o Mark Zuckerberg, el creador de Facebook.

Los investigadores han vivido físicamente en estos entornos urbanos juveniles de Madrid y México D.F. durante dos años y han participado de primera mano en esa producción, en un nuevo enfoque antropológico de inmersión, no sólo en las redes digitales, sino en espacios físicos concretos, como Medialab-Prado Madrid o la Colonia Condesa de Ciudad de México.

Madrid, 26 de junio de 2012.- Los jóvenes emprendedores de los entornos urbanos e interactivos están abriendo nuevas oportunidades de formación no reglada y de empleo, según el estudio Jóvenes, culturas urbanas y redes digitales. Prácticas emergentes en las artes, las editoriales y la música, coordinado por Néstor García Canclini, Francisco Cruces y Maritza Urteaga y publicado en la Col. Fundación Telefónica / Ariel.

En el estudio, que se ha desarrollado en la Ciudad de México D.F. y en Madrid durante dos años, han participado una veintena de investigadores bajo la dirección del antropólogo social Néstor García Canclini para conocer más en profundidad las nuevas formas y estilos de producción cultural de los jóvenes, tomando como referencia la figura del emprendedor, trendsetter o creador de tendencias, así como la relación que mantienen con el entorno económico al poner en marcha lo que los expertos denominan “economía creativa”.

Para ello, los investigadores han vivido físicamente en estos entornos urbanos juveniles y han participado de primera mano en esa producción, en un nuevo enfoque antropológico de inmersión. Han convivido con músicos, usado las TIC con fluidez como los más jóvenes las usan y mantenido una relación extraordinariamente fluida con ese mundo, no sólo en las redes digitales, sino en espacios físicos concretos, como Medialab-Prado Madrid o la Colonia Condesa de Ciudad de México.

La obra muestra cómo los jóvenes han ido conformando una cultura de convergencia digital que cuenta con elementos que proceden de las culturas empresariales y creativas, de la escuela privada y de la visión crítica de los movimientos alternativos sobre el desarrollo social.

El uso creativo de las TIC y la crisis del modelo de propiedad intelectual –los circuitos alternativos de comercialización de la música, las editoriales y las artes visuales– son temas que están relacionados con la educación, pues estas “nuevas profesiones”, que paradójicamente sí proporcionan nuevos empleos a los jóvenes, no se encuentran consideradas  en los planes de estudio reglados. La figura del hacker –que aglutina a programadores, diseñadores de sistemas y aficionados a la informática doméstica– es paradigmática en este sentido. Esta enseñanza comprende otro tipo de lógica, las nuevas narrativas y las nuevas maneras de ver el mundo, donde caben los videojuegos, los libros y las series de televisión y en el que sus referentes son la cantante Lady Gaga o Mark Zuckerberg, el creador de Facebook.

El acto de presentación, que ha tenido lugar en el auditorio de Espacio Fundación Telefónica, ha contado con la presencia de los antropólogos Néstor García Canclini y Francisco Cruces, así como del catedrático de la Universidad de Lérida, Carles Freixa, y del director de Educación y Conocimiento en Red de Fundación Telefónica, José de la Peña.

 

Los jóvenes emprendedores producen contenidos culturales en los nuevos entornos digitales

El informe analiza, entre otros aspectos, la forma en la que los jóvenes producen contenidos culturales en el nuevo entorno digital de una manera completamente horizontal y alternativa a los circuitos de consumo masivo. El fenómeno del autoempleo llega, según el libro, en algunos casos a la autoexploración, al de un emprendedor que afronta con estoicismo el hecho de que, pasados los treinta años, entran en conflicto los objetivos del trabajo y sus aspiraciones, entre ser especialista en manejar redes múltiples y vivir en la soledad de estar siempre trabajando, entre ser independiente y autónomo laboralmente y descubrir una libertad individual y creativa encorsetada por la función productiva.

Como señala el estudio, ser joven hoy significa conectarse a distancia, participar en redes sociales, hacerse una identidad virtual, bajarse música y películas, twittear o intercambiar llamadas y mensajes. Y a la inversa, el uso de esos medios sólo resulta comprensible como una prolongación del inmenso trabajo de socialización que realizan los jóvenes.

 

Hacia nuevos modelos de emprendimiento: del vjing al techsetter

El libro plantea cómo las nuevas generaciones están tomando posiciones ante nuevos soportes culturales y comunicándose a través de ellos, creando nuevos modelos de emprendimiento como el vjing o videojockey, a la vez que asisten a modos de realización y creación audiovisual (AV) en tiempo real, el coolhunting empresarial –actividad dedicada a identificar y analizar tendencias sociales con el objetivo de darles salida comercial– y roles que se desarrollan en el entorno digital como los hackers (no como sujetos, sino colectivos que usan la tecnología a su alcance para consumir y difundir contenidos culturales), los techsetters o los community managers.

Esta nueva cultura se enfrenta a importantes obstáculos, como la propiedad intelectual, las licencias o las redes. Su objetivo es evitar la apropiación particular de la creatividad y devolverla a lo que consideran su origen: los procesos colectivos de creación cultural. La creciente participación de los usuarios, el papel creador y no sólo consumidor del público, la democratización auspiciada por las redes, la descentralización, la apertura o la inteligencia y creatividad colectivas son algunos de los rasgos definitorios de esta nueva forma de crear.

Los autores también hablan de un “público recursivo”, compuesto por usuarios dotados de diferentes grados de conocimiento tecnológico e implicado activamente tanto en usar las tecnologías como en crear y mantener una infraestructura compartida y en sostener sus reglas de uso. Son los jóvenes trendsetters –urbanos, capitalinos y cosmopolitas–, que se ubican dentro de un conjunto nacional más amplio y constituyen el vértice superior de la pirámide juvenil por su capital cultural, escolar y tecnológico.

Los jóvenes emprendedores de la cultura urbana e interactiva abren nuevas oportunidades de formación y empleo
Los jóvenes emprendedores de la cultura urbana e interactiva abren nuevas oportunidades de formación y empleo