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El 31 de marzo comenzó a llover con mucha fuerza sobre Mocoa (Colombia), lo que provocó a medianoche una avalancha de agua y lodo que acabó desbordando los ríos Mulato y Sangoyaco (que atraviesa buena parte del municipio) y el arroyo Taruca. El resultado: una ciudad arrasada. Hay 17 barrios afectados, más del 50 por ciento del área total de esta localidad, que cuenta con unos 45.000 habitantes.

Una de las zonas más afectadas es el barrio de La Independencia, donde vive gente muy humilde, en su mayoría familias desplazadas a causa del conflicto armado en Colombia. Sus casas son construcciones de barro, chapas metálicas, ladrillo y arena, que no resistieron la fuerza del agua.

En un primer momento se ha repartido ayuda de primera intervención, en concreto agua potable, alimentos, cobijas (mantas) y colchonetas. Posteriormente han desarrollado labores de reconstrucción de las zonas más dañadas por la avalancha.

Todavía no se conoce el alcance real de la catástrofe. La última cifra oficial recoge 254 muertos y más de 200 heridos. De ellos 62 de los fallecidos son niños. El número de desaparecidos sigue siendo una incógnita, aunque se calcula que ronda las 220 personas, por lo que se teme que la cifra de fallecidos aumente significativamente.

Además, según Cruz Roja Colombiana hay más de 200 heridos y unas 25 viviendas totalmente destruidas. Mocoa está en una zona selvática de clima tropical, junto a la frontera con Ecuador. Hay mucha humedad y hace calor. Tras la avalancha, no hay agua ni luz eléctrica, porque una subestación de energía ha quedado destruida, así como tres acueductos y el alcantarillado. Esto ocasiona un riesgo alto de enfermedades relacionadas con el mal estado de los alimentos y por el agua no tratada.

Campaña de ayuda a los damnificados por la avalancha que ha arrasado la ciudad de Mocoa en Colombia
Campaña de ayuda a los damnificados por la avalancha que ha arrasado la ciudad de Mocoa en Colombia