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«Todos aprendemos de maneras distintas. Necesitamos crear un sistema educativo, tanto digital como físico, que nos permita ser y aprender de forma diferente». Rosan Bosch ha diseñado algunas de las escuelas más innovadoras del mundo y ahora, con la pandemia de la Covid-19 y el confinamiento, ve más necesario que nunca la reinvención de la educación.

Rosan Bosch es la fundadora de Rosan Bosch Studio y es reconocida internacionalmente por sus diseños que invitan a la reflexión y sus perspectivas innovadoras. En su estudio utilizan los principios de diseño para crear paisajes de aprendizaje lúdicos. «Las escuelas planteadas como hasta ahora activan un trozo muy pequeño de nuestro potencial de aprendizaje y desarrollo. Nuestro objetivo principal es crear las condiciones que permitan desarrollar al máximo el potencial de aprendizaje«.

La artista holandesa nos acompañó en el foro de reflexión #RepensandoElMañana con su conferencia ‘Diseñar un mundo nuevo empieza en la escuela’. Una interesante charla donde nos habló de su iniciativa ‘Learning Inspired‘ y señaló cuatro aprendizajes clave que se deberían tener en cuenta en la era poscovid-19.

«La situación en la que nos encontramos nos ha hecho conscientes de que tenemos que hacer algo en el ámbito educativo y lo tenemos que hacer ahora. (…) Durante el confinamiento, llamé a expertos en educación de todo el mundo para extraer aquellos aprendizajes principales que podemos utilizar en el cambio a una nueva escuela después de la Covid-19. La iniciativa se llama ‘Learning Inspired'».

1. Confianza y empoderamiento

«Controlar, vigilar si los alumnos están trabajando ya no funciona. Tenemos que hacer lo más básico y principal: confiar en que nuestros niños quieren aprender y van a aprender».

Rosan Bosch habló sobre esta modalidad de aprendizaje con Alfredo Hernando, psicólogo, autor y creador de Escuela21, quien destacó: «Ahora, docentes de todo el mundo tienen que confiar más que nunca en los estudiantes. Como maestro hago lo que está en mis manos para guiarlos, pero debo confiar en que van a aprender». (Ver la conversación completa)

Un ejemplo es la Ecuela Buddinge en Copenhague (Dinamarca) donde el equipo de Rosan Bosch trabajó en cambios de espacio y estructura.  «Lo convertimos en un paisaje de aprendizaje que permite a los alumnos trabajar de distintas maneras. Un espacio apetecible al que tienen ganas de entrar. Hay diferentes áreas y es el alumno quien elige dónde prefiere estar. Esto les empodera como personas y les respeta porque toman decisiones sobre cómo trabajar. Les da confianza y trabajan por sí solos. Es una escuela pública y los resultados de los alumnos en el primer año mejoraron un 36%».

«Hay que confiar más que nunca en los estudiantes»

2. Apoyo emocional y tutorías

«En Western Academy of Beijing, lo que definitivamente nos ha servido es nuestro foco en un programa social y emocional potente. Por ejemplo, los tutores se reúnen de manera regular con los alumnos para hacer un seguimiento académico pero también para ver cómo se sienten los alumnos».

Del aspecto emocional, Rosan Bosch habló con Marta Medved, directora en Western Academy of Beijing, porque tienen implantado un sistema educativo basado en la estructura de mentoría. «Tienen todo un sistema de apoyo a nivel emocional, que ha hecho que la situación de la Covid-19 fuese menos dolorosa que en el resto de escuelas», destaca Bosch. (Ver la conversación completa).

«Con ellos trabajamos una organización espacial inspirada en la teoría del conocimiento. Cuenta con 10 espacios diferenciados que permiten abordar de forma más consciente todas las áreas del conocimiento. Cada uno cuenta con unas características distintivas para que los estudiantes puedan seleccionar dónde van a trabajar en función de sus preferencias: estilo de aprendizaje, necesidades del grupo o dependiendo del desafío matemático que estén intentando abordar».

3. Colaboración y cocreación

«Son dos aspectos fundamentales para que los jóvenes puedan crear soluciones en el mundo de mañana. Necesitamos una escuela que nos haga experimentar, fallar y no tener miedo a probar cosas nuevas»

Rosan Bosch extrajo este aprendizaje de su conversación con Daniel Wilson, director de Project Zero en la Escuela de Educación de Harvard. Wilson destaca: «Cuando realmente colaboramos, no solo hablamos de coordinación o cooperación. Se trata sobre todo de cocrear. Cuando colaboramos, no sabemos cuál será la solución. Hay un elemento de incertidumbre, vulnerabilidad y de ceder poder». (Ver la conversación completa)

En este sentido Rosan Bosh pone como ejemplo la escuela Glasir – Instituto de Torshavm en las Islas Féroe. «Uno de los objetivos era convertirlo en un entorno de vida porque nos dijeron que querían tener una escuela que no se sintiese como tal. Creamos un espacio donde los estudiantes van a aprender, pero también a entrenar y a estar con sus amigos. En realidad es un centro donde sus espacios les permiten experimentar, probar, enseñar, comunicar y ser ellos mismos».

«La clave de todo aprendizaje es el juego»

4. Juego y aprendizaje activo

«Cuantas más experiencias fomentemos, más intenso es el aprendizaje». Sobre este último aprendizaje, Rosan Bosch hablaó con María Acaso, jefa de Educación en el Museo Reina Sofía, quien señala: «El arte está en todos los aspectos de nuestra vida. El pensamiento artísitico consiste en ser conscientes de dónde ponemos nuestra atención y encontrar la posibilidad de aprendizaje y estética en momentos cotidianos». (Ver la conversación completa).

Para Rosan Bosch la clave de todo aprendizaje es el juego: «Comparten las mismas fases: partimos de una curiosidad innata, que nos lleva a un deseo de saber. Esto nos invita a explorar, conectamos con el mundo que nos rodea y creamos algo nuevo». Y destaca los tres elementos necesarios en la experiencia de aprendizaje lúdico, según Project Zero de Harvard:

1. Elección: empodera al alumno
2. Deseo de saber: ha elegido algo que le interesa
3. Alegría: con este aprendizaje lo pasan bien

Seis principios que conectan aprendizaje y espacio físico

Rosan Bosch y su equipo también han desarrollado seis principios clave con los que planifican y programan los espacios de las escuelas. «Nos permiten planificar los espacios, las actividades de aprendizaje y cambiar la conciencia. Combinan situaciones psicológicas con situaciones físicas. Con la Covid-19, nos hemos dado cuenta de que son más útiles que nunca. Pasamos tanto tiempo con pantallas, que debemos aumentar la interacción».

  1. La cueva: aprender a concentrarse. Esto se hace de muchas maneras distintas, hay gente que necesita moverse y otros que necesitan silencio.
  2. El corro: colaboración con los otros.
  3. Manantial: intercambio de información. La inspiración de verdad que aumenta el aprendizaje proviene de cosas que nos sorprenden. Muchas de ellas nos las muestran otras personas.
  4. Cima de la montaña: comunicación unidireccional. En el aprendizaje también se necesita la instrucción, pero no solo del profesor. Una buena forma de aprender es explicando lo aprendido a otra persona.
  5. Manos a la obra: suma de cuerpo y mente. Esto nos permite conectar el aprendizaje con el mundo real.
  6. ¡Arriba!: mover el cuerpo para activar la energía y la mente. Ahora, en estas condiciones de teletrabajo y enseñanza online podemos sentir que nos falta activar nuestro cuerpo.

Cuatro aprendizajes clave para aplicar en la era poscovid-19, por Rosan Bosch
Cuatro aprendizajes clave para aplicar en la era poscovid-19, por Rosan Bosch