Descripción

Blau i dues creus, cuya traducción del catalán sería moratón y dos cruces, sorprende por su vivo colorido, tan poco habitual en la obra de Tàpies. La pieza incorpora a la pintura tela y una manta, algo común en las composiciones del pintor catalán que suele preferir la técnica mixta, introduciendo objetos de uso cotidiano e incorporándolos a su lenguaje particular. Este gusto por la incorporación de lo objetual se acentúa a principios de la década de los setenta, quizá por influencia del arte povera, estilo con el que la obra de Tàpies presenta algunas concomitancias. Sobre una superficie rojiza se coloca una estructura de cama pintada de morado, que unida a la presencia de la manta, podría hacer referencia al sueño, al inconsciente. Dos sencillas cruces blancas completan la composición. La cruz es un elemento muy recurrente en la iconografía de Tàpies. Este símbolo se ha relacionado con la muerte, con la religión, pero también como símbolo universal de las coordenadas del espacio. Las cruces griegas de Tàpies refuerzan la división cuatripartita de los puntos cardinales, de los elementos, de la materia.