La enorme producción gráfica de Eduardo Chillida ha provocado que el artista vasco haya sido considerado uno de los grabadores más importantes del arte contemporáneo.
Al parecer, su interés por el dibujo se remonta a su infancia, y el artista declaró en alguna ocasión que el "dibujo es la fuente de todo". Algunas veces sus dibujos sirven como material preparatorio para sus esculturas, pero en la mayor parte de ocasiones éstos constituyen la obra en sí.
Chillida experimenta múltiples técnicas, desde la tinta y el papel, hasta el grabado en aguafuerte, la xilografía, la litografía o el lito-collage, por citar algunas.
Al parecer, Chillida dibujaba con la mano izquierda; desde que en sus comienzos se dio cuenta de que tenía una habilidad especial para el dibujo, decidió, como reto, tratar de dibujar con la izquierda.
El negro y el blanco son los colores elegidos en la casi totalidad de los dibujos realizados por el artista. Como él mismo solía decir: "Desde un punto de vista espacial, todo puede ser investigado en blanco y negro… Esos colores son suficientes para lo que quiero decir y para responder a mis preguntas; a todas mis preguntas".
Las formas y los volúmenes presentes en estos dibujos pertenecen al imaginario de Chillida, y vuelven a relacionarse con algunos conceptos básicos en su obra: el espacio, el tiempo, la exploración del vacío, sus límites…
