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Crónica en primera persona de un Voluntario de Telefónica que ha donado parte de sus vacaciones para realizar el Camino de Santiago junto a miembros de la ONG Special Olympics.

Día 1: A Sarria

Llegamos al Bernabéu con todas las ganas del mundo. Un cartel de Alfredo Di Stefano nos da la bienvenida (esto es buena señal, vamos a por las cinco copas de Europa, la Intercontinental, balones y superbalones de oro).

Hay nervios, atropellos por conocernos y ganas de comenzar nuestro viaje. Yo de Barcelona, yo de Málaga, yo de Cáceres, yo de Madrid… Mar, Jose, Marina, Ana.., encantado, encantada.

Ya en el autobús, y al ritmo de «Help» y «Corazón contento» nos enteramos de que vamos con dos hermanos de Cristiano Ronaldo; este viaje promete.

Llegamos a Sarria cansados pero contentos.

 

Día 2: Sarria – Portomarín

A las siete de la mañana tenemos el toque de diana. Algunos ya están en pie. Todos estamos expectantes, con ganas de empezar este primer día de camino. Contamos con los mejores anfitriones que alguien pueda tener: Pedro, Adriana, Antonio, Iván, Salva y Paco, ellos serán nuestros lazarillos durante éste. Momento de abrir los sentidos. El día amanece nublado y nos respeta durante casi toda esta primera etapa de 23 kilómetros que nos comemos como jabatos. Llegamos cansados y aún tenemos ganas de irnos a la piscina a disfrutar. Los chicos se lo pasan en grande.

Una cena con vistas al Miño cierra nuestro día. Ahora a dormir, que mañana tenemos otra etapa larga.

 

Día 3: Portomarín – Palas de Rei

A las ocho de la mañana comenzamos este segundo día de viaje por los olores y el sonido de Galicia. Amanece despejado, pero pronto se nubla y se nos vuelve a regalar un día espectacular para caminar junto a amigos, con nuestra sombra y el fotógrafo que llevamos dentro.

En el camino se para el tiempo, es tranquilo y abierto de miras, caminantes de todas partes del mundo a los que los chicos les preguntan: ¿De dónde sois? Y ellos contestan: I’m from… Los deseos de buen camino se van mezclando con los Ultreia que vamos gritando

Otra vez nos hemos comido la etapa de una vez, y acabamos el día con ampollas y demás parientes. Tenemos que descansar, que mañana nos espera un día duro.

 

Día 4: Palas de Rei – Arzúa

Empezamos el día con más ganas que nunca, algunos amigos no nos pueden acompañar por las «heridas de guerra» del día anterior. Nos sumergimos de nuevo en este camino de olores, rostros, canciones, palabras, aire…  Lo sientes.

En Melide hacemos una «parada técnica» para compartir unos platos de pulpo y empanadas espectaculares en la Pulpería Ezequiel; nos tratan como reyes y seguimos nuestro camino más felices si cabe.

Llegamos a Arzúa con ganas de cama y de que amanezca.

 

Día 5: Arzúa  – Pedrouzo

El día se presenta «negro», estuvo toda  la noche lloviendo y la previsión es de 100% probabilidad de lluvia y tormenta eléctrica. De repente miramos de nuevo la previsión y ha cambiado a una probabilidad del 20% y decidimos salir.

Empezamos el camino con lluvia, pero ni siquiera nos da tiempo a saber qué tiempo hace dentro de ella; enseguida escampa.

Con este regalo de verano verde, llegamos a Pedrouzo como cantaba Martirio «y es que no pueo con mi cuerpo, no tengo ganas de ná…» , y ahí vamos, con más ganas que el primer día; felices.

Recibimos la visita del presidente de Fundación Telefónica, Emilio Gilolmo, de Marián Juste, Directora de Proyectos y de Francisco Moro, Gerente de vacaciones solidarias. Compartimos la cena con ellos, y con la mujer y la nieta de Emilio. Los chicos se emboban con Elena. Mañana nos acompañarán en el camino.

Nos espera el santo. ¡Allá Vamos!

 

Día 6: Pedrouzo – Santiago de Compostela

Este sexto día estamos todos levantados antes de la hora; las ganas nos pueden.

Esta etapa nos la comemos de una vez. Llegamos a Santiago agotados pero muy felices. Llegando a la catedral por detrás empiezan a escucharse los primeros sonidos de gaitas, las primeras lágrimas empiezan a salir.

¡Ya hemos llegado! Nos abrazamos, lloramos, reímos, nos llenamos…

Entramos en la Catedral con las emociones a flor de piel.

Después de esta comunión particular nos vamos a compartir nuestra última comida antes de volver. Entre risas y llantos, uno a uno, vamos agradeciendo a los otros nuestro camino.

Hemos conseguido más de lo que nos propusimos al principio. Aunque íbamos con el lema de Special: quiero ganar, pero si no lo consigo, déjame ser valiente en el intento, hemos conseguido ganar, nos hemos llevado más que las cinco copas, que la intercontinental, que los balones y los superbalones.., nos hemos llevado vuestra risa y vuestro corazón, chicos. Tenéis manufactura de campeones.

 

Ahora sólo nos queda dar las gracias a Special Olympics. A través  de vuestros chicos, que ya son también nuestros,  hemos descubierto la ciencia del humor. Ellos han sido nuestros pies, nuestras manos y nuestros ojos. Ellos han sido nuestro camino.

Después de que hayáis leído estas breves memorias sólo podemos animaros a que olvidéis el pasaporte y que vayáis a vivirlo;  sigue abierto por vacaciones.

Gracias a Iván, Iván, Vanessa y Diego, y a los chicos: Javiera, Edwin, Paco, Elena, Josito, Almudena, Richard, Dani, José Andrés, Antony, Munir, Robert, Edu. Salva y Luis.

Como decían en «Camina y revienta»: La vida es tan bonita que parece de verdad.

La saeta rubia, los hermanos de CR7 y el más allá (Ultreia)
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