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La muestra, que está instalada en la sala de la primera planta del Centro del 7 de julio al 14 de septiembre de 2014, está compuesta por 121 imágenes, cuatro películas y 12 libros-catálogos sobre la obra de Coppola.

El afán por la modernidad encuentra en Horacio Coppola (1906-2012) el mejor representante de la fotografía argentina del siglo XX y quien hizo de la fotografía un lenguaje artístico autónomo, que se realiza a través de la geometría, de la abstracción y de las arquitecturas urbanas.

Fundación Telefónica mostró en 2008 la mayor exposición realizada hasta el momento en España y reveló su vocación moderna.

El Centro Andaluz de la Fotografía y Fundación Telefónica presentan desde el 7 de julio al 14 de septiembre «Horacio Coppola. Fotografía», una muestra de 121 imágenes, cuatro películas y 12 libros-catálogo sobre la obra de Horacio Coppola (Buenos Aires, 1906 –2012), el mejor representante de la fotografía argentina del siglo XX.

En total sintonía con los lenguajes artísticos de la Nueva Objetividad, el bonaerense Coppola frecuenta los últimos años de la Bauhaus, dirigida en aquel momento en Berlín por Mies Van der Rohe. Hacia finales de los veinte Coppola es responsable por romper totalmente con la tradición pictorialista. En la mayor exposición realizada hasta el momento en España, Fundación Telefónica reveló ya en 2008 en Madrid la vocación moderna de Horacio Coppola, que desde un primer momento hizo de la fotografía un lenguaje artístico autónomo, que se realiza a través de la geometría, de la abstracción y de las arquitecturas urbanas.

 

La fotografía de Horacio Coppola

Reconocido como el fotógrafo de Buenos Aires por excelencia, el artista argentino, nacido en 1906, es responsable de introducir la primera mirada moderna en la historia de la fotografía argentina. ¿Qué significa exactamente ser moderno, en plenos años veinte y treinta del siglo pasado, en una «ciudad hormigueante, ciudad llena de sueños»?

Coppola revela una temprana vocación por la geometría y la abstracción, como vemos a partir de sus primeras fotografías a finales de los años veinte, en un inconfundible recorte vanguardista, en sintonía con las corrientes de la Nueva Visión. Su tránsito por la Bauhaus de Berlín, en 1932 y 1933, consolida esta mirada y lo pone en sintonía con las vanguardias artísticas internacionales.

En el paisaje urbano de Horacio Coppola, tanto en el centro modernizante como en las orillas que confunden horizonte y cielo, el gran personaje es sin duda la propia ciudad. Son las multitudes, las instantáneas de los cuerpos y los movimientos de los transeúntes quienes dejan un registro del tiempo a través de los signos de la moda. Es una ciudad que, fotografiada desde sus diversos grupos sociales y registros arquitectónicos, se impone en su visión de totalidad al registro individual de los que se acaban convirtiendo en sus propios personajes.

El diseño fundacional cuadriculado de la ciudad se verticaliza vertiginosamente y Coppola, en 1936 y con ocasión del IV Centenario de la capital Argentina, se dedica a hacerle un registro total. En las cartografías urbanas de Horacio Coppola vamos al encuentro de una ciudad moderna, recortada por la verticalización de los edificios, donde se mezcla la luz natural y el artificialismo del neón, y donde los cortes geométricos de los toldos protegen las vitrinas con maniquíes. Estamos frente a la foule baudelairiana de una ciudad que revela en la primera mitad del siglo XX una vocación europeizante y cosmopolita.

Otra de las grandes iniciativas de las conmemoraciones del Cuarto Centenario fue la construcción del Obelisco y el ensanche de la calle Corrientes, convertida en una de las avenidas emblemáticas de la ciudad. Absolutamente fascinado por el ritmo vertiginoso y modernizante representado por el Obelisco, Horacio Coppola, fundador en 1929 del primer Cine Club de Buenos Aires, realiza una obra maestra de carácter constructivo, la película: «Así nació el Obelisco».

El vínculo de la mirada moderna con la arquitectura y con la ciudad es lo que marcó la carrera de algunos gigantes de la fotografía y del cine modernos: el París de Atget, Brassaï, Krull y Kertész; Berlín: Sinfonía de una gran ciudad (1927), de Walther Rutmann; la Nueva York de Stieglitz, Strand y Abbot, y finalmente, los Buenos Aires de Horacio Coppola.

 

Horacio Coppola. Películas.

-TRAUM (El sueño)

Cuando Horacio Coppola en 1933 rueda en Berlín Traum (El sueño) con la colaboración en los papeles protagonistas de Ellen Rosenberg y Walter Auerbach, ambos compañeros y estudiantes como él en la Bauhaus, lo hace con el mismo criterio empleado en las imágenes fijas características durante esta época de la institución. La película tiene una duración de 1’ 52» y, como su nombre indica, se presentan imágenes oníricas, al estilo de las realizadas por los expresionistas y surrealistas de la época -Buñuel, Man Ray, Picabia…-, y con el estilo experimental que las caracteriza.

 

-PONTS DES ARTS (Un dique del Sena)

En 1934 rueda Ponts des Arts (Un dique del Sena), filmada en París. La película tiene una duración de 3’ 97» y Coppola, como un observador omnisciente, efectúa un recorrido que abarca el puente, la vida  de la gente humilde que transita y habita el dique, sin solución de continuidad, a modo de Berlín: Sinfonía de una gran ciudad  (1927), el film de Walter Ruttman.

 

-A SUNDAY IN HAMPSTEAD HEATH (Un domingo en Hampstead Heath)

En Inglaterra rodará en 1935 ASunday in Hampstead Heath  (Un domingo en Hampstead Heath), la película más extensa de esta serie, considerado su primer documental, ya que tiene una duración de 9’ 30» minutos. Coppola trabaja en ese  momento inspirado en lo que el fotógrafo Bill Brandt estaba haciendo en relación con la situación social que se vivía por aquellos tiempos en Inglaterra.

 

-ASÍ NACIÓ EL OBELISCO

En 1936, establecido ya en Buenos Aires, rodará la película Así nació el Obelisco, (6’ 91») por encargo del entonces intendente de la ciudad de Buenos Aires, Mariano de Vedia y Mitre. Film en el que  trabaja con primeros planos y vistas generales de la ciudad, es el registro documental más artístico delemblemático monumento. Destaca una toma muy significativa, la realizada desde el interior de la estructura del obelisco a medida que va subiendo, para culminar en una vista panorámica que muestra una metrópoli en ciernes, con los altos edificios que se erigen solitarios en el conjunto urbano de Buenos Aires.

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El Centro Andaluz de la Fotografía y Fundación Telefónica presentan “Horacio Coppola. Fotografía”
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